La caja negra del mundo

Todos sabemos lo que es una “caja negra”, normalmente vinculado al mundo aeronáutico. Pero ¿y si te dijera qué la Tierra tiene la suya propia?

 

Los efectos del cambio climático son una preocupación manifiesta para gobernantes y ciudadanos, posiblemente más para los segundos que para los primeros. Por ello, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en 2021, un grupo de investigadores e ingenieros plantearon la posibilidad de hacer la Earth’s Black Box.

 

La intención principal es dejar un registro de las medidas que se han tomado a lo largo de los años para frenar la destrucción que genera el cambio climático. La secundaria, que el miedo a que haya registros de las actuaciones de los políticos sea motor para impulsar medidas reales y efectivas.  

 

Para ello, por un lado recoge noticas, comentarios en redes sociales, eventos, datos históricos y medidas adoptadas, incluido el presupuesto militar y, por otro lado, la acidificación de los océanos, la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la población humana y el consumo de energía. Siendo todo ello una muestra de cuál ha sido el camino que como sociedad hemos impuesto al planeta a lo largo de todos estos años.

Para su localización, por motivos políticos y geográficos, se ha escogido Tanzania. La isla acogerá una estructura de acero reforzado al más puro estilo Odisea en el Espacio, prácticamente impenetrable que resistirá cualquier evento natural. Se alimentará a través de unos paneles solares y en su interior se guardarán 50 años de historia de la humanidad, incluyendo la propia conferencia donde se propuso el proyecto. Un aspecto interesante es que la información será accesible y pública.   

 

El reto más complicado no es el de la memoria, como podría parecer, sino la codificación. Por ello es muy probable la creación de una “piedra roseta” para los lectores del futuro. Incluso se ha planteado grabar en el exterior algún tipo de instrucciones encriptadas para su acceso, pero está todavía en estudio por el peligro que supone el vandalismo más intelectual.

 

Aunque la intención era terminar la construcción en 2022, es muy complicado encontrar información de su avance. Así que toca esperar para ver si dejamos estos mensajes a los supervivientes de un posible cataclismo climático o si se queda en un proyecto artístico y metafórico.